Aunque los récords se establecen y son superados, el de robo de bases de Rickey Herderson tiene un puesto asegurado en el tiempo, en el béisbol de las Grandes Ligas.
Un día como hoy, el 24 de junio de 1979, haciendo su debut en las Grandes Ligas de Béisbol, Henderson de los Atléticos de Oakland tomó la delantera desde la primera base en la tercera entrada y miró al zurdo de los Rangers de Texas John Henry Johnson.
En esa ocasión de produjo el primer robo de base de su carrera. En los próximos 25 años, robaría 1.405 más, dándole un récord que probablemente durará hasta que el béisbol ya no se juegue.
Si bien el béisbol moderno puede hacer que alcanzar el récord de Henderson parezca imposible, no ignoremos lo obvio, los hechos, las cifras, los recuerdos y las historias. Chris Bumbaca narra la historia en las pagians de Usa Today.
Dejó muy atrás el récord anterior de Lou Brock de 938 apenas tenía posibilidades una vez que Henderson llegó a la escena. Robó 100 bases en 1980, la primera de 10 campañas All-Star.
El Hombre de Robo se robó 130 en 1982, lo que le habría dado el récord de una temporada, si Hugh Nicol no hubiera robado 138 en 1887.
El miembro del Salón de la Fama de 2009 finalizó la temporada de 1990 (su undécima en los grandes) dos menos que el récord de Brock, que llevó a la leyenda de los Cardenales de San Luis 19 temporadas a la masa.
Robar bases no fue todo lo que Henderson hizo. Como bateador inicial, mostró un tremendo poder y tiene el récord de la mayoría de los jonrones iniciales (81)
Ni siquiera el Padre Tiempo mismo podía frenar el saqueo de Henderson en los senderos base.
En 1998, su temporada de 39 años, Henderson barrió 66 bases en su última temporada con los Atléticos.
Ayudó a los Mets a alcanzar los playoffs durante la temporada de 1999 y bateó .315 en 121 juegos.
Robar bases no fue todo lo que Henderson hizo. Como bateador inicial, mostró un tremendo poder y tiene el récord de la mayoría de los jonrones iniciales (81).
Sus 2,295 carreras anotadas son las más altas de todos los tiempos. También lo son sus 335 intentos de robo atrapado.
A medida que el movimiento de análisis y desarrollo de jugadores de béisbol profesional enfatizaba la importancia de los tres resultados verdaderos (jonrón, caminata, ponche), casi todos los signos de «pelota pequeña» se han borrado. El arte de la base robada es una víctima de ese movimiento.
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